domingo, 5 de agosto de 2007

Escarbo en la memoria
divergente de tu voz
y encuentro los vestigios
de tus sueños alados.

Eres como una huella blanca en el barro
que forma espejos blancos
de nubes inmensamente blancas.

Ayer vino el viento del mar
y sacudió las hojas del viejo roble
que plantaron en casa mis abuelos.
Su tristeza se hizo inmensa
y ya nunca más pudieron
dejaron de llorar.

Las palomas se han ido de la plaza
en la que solíamos jugar
y pololear secretamente.

Mis recuerdos de infancia
me han abandonado
yacen sumergidos
bajo un lago
de cristal.
C.L.

1 comentario:

  1. Bonito todo: el nuevo diseño, que sigas animándote a publicar tus palabras y que convoques las mías. Gracias por las tres cosas.

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